viernes, 24 de junio de 2016

La Mariposa se movió impaciente.
Lucía miró a su alrededor y comprobó que los colores eran más brillantes, las plantas poseían un vigor especial, las flores y todo lo que rodeaba el manantial derrochaba una salud no vista hasta entonces. También el agua tenía algo diferente, aunque no sabría decir qué podría ser.
-Perdona otra vez, la verdad es que hoy estoy muy torpe y no sé comportarme como tú mereces -espuso lucía.
-No es que yo merezca nada, todos merecemos por igual, y de la misma manera debemos ser agradecidos. Hasta los que nada hacen por nosotros, nunca sabemos si alguna cosa que han hecho en algún momento ha servido para hacernos un favor.
Lucía no se atrevía a preguntar cuando encontrarían a Laura, lo que menos deseaba era contrariar a la Mariposa, o al Hada o lo que fuese. Detuvo pues su impaciencia y se dispuso a esperar.
De entre aquel paisaje tan bello se acercaba una chica preciosa. Lucía quedó en suspense, por más que intentaba reconocer a Laura no acababa de verla. La chica sonreía sin decir nada según se iba acercando. La Mariposa revoloteaba a su alrededor. Ya sólo faltaba apenas unos escasos metros y pudo verla con certeza. Ahora sí la reconozco, es Laura, tan hermosa como siempre.
Todo se trasformó y las dos se fundieron como si en realidad las dos pudieran ser una misma cosa. Se deslizaron como la propia Mariposa, igual que si no pesaran en absoluto.
Como no podía quitar los ojos de aquellas criaturas les seguí sin perder un segundo.
Les vi sentarse junto a un río, tocar el agua y fundirse también con el agua. Cerré los ojos y cuando los abrí de nuevo, estaban rodeadas de dos chicas y un niño más o menos como Laura, también había un hombre. Se metieron todos en el agua y chapotearon. Sus risas se elevaban y formaban parte del paisaje: las risas eran frescas, alegres y cantarinas. Se sentaron en el suelo y comieron juntos. Cuando se miraban, yo intentaba hacer mío ese momento, atraparlo. Yo no tengo memoria, no sé por qué y busco siempre las imágenes que puedan devolverme mis recuerdos perdidos
¿Quien serán estas criaturas? ¿acaso un simple deseo de la imaginación de alguien que se siente solo, o quizás podría ser que aquella estampa fuese real, de otro tiempo pero verdadera, congelada en el tiempo para mí, o para ellos. Los estoy mirando y sé que se aman, y se aman para la eternidad, por eso no puedo dejar de mirarlos y desear formar parte de cada uno de ellos. Puedo ver sus perfiles de gente corriente, de seres vivos que desean ver lo que tienen a su alrededor, desean disfrutar del momento, de ese privilegio que les ha concedido la vida, y ahora en este día el Hada de los deseos. Me pregunto. ¿era ese lugar el que deseaba contemplar Lucía en su deseo? ¿era el momento de esa preciosa estampa que posiblemente marcó su vida y no deseaba olvidarla para mantenerla en el tiempo?
-Qué intrigada estás.
Me había olvidado de la Mariposa y al escucharla casi me sobresalté y le dije.
-Sí, pero yo no formo parte de esta historia.
-Todos formamos parte de la historia -dijo la criatura alada mirándome con una expresión que no pude definir. Me sentía cogida en falta, como si observar lo que hacen otros fuese algo reprochable y así se lo dije al Hada.
- Sólo sería censurable, si lo hicieras por motivos oscuros que entrañasen una mala acción; pero si lo único que deseas es aprender, eso nadie podría reprochártelo, ni siquiera el ser mas susceptible.

continúa


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