jueves, 30 de noviembre de 2017

CUENTOS DE ALAN, IRENE, LUCAS, DANIEL NICO Y TEO

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Me llamo Nico.
Me han dicho que tengo que decir alguna cosa aquí, pero es que paso el día comiendo o durmiendo. Es que soy pequeño igual que mi hermano. Tengo otro hermano grande que a veces me da besos y ahora que me han puesto un chupete él me lo pone. Me han dicho que tenemos que escribir los últimos ya que somos los más pequeñajos. Pero yo no sé que quiere decir últimos o primeros. Por eso ahora que estoy un poco despierto os diré que me gusta estar comiendo pegadito a mamá y, después cuando me da el biberón me pongo contento también. Mi hermano es igual que yo y a veces nos pone mamá juntos para que juguemos un poco. Lo que pasa es que sólo pensamos en comer y en cuánto tenemos la barriguita llena yo por lo menos me duermo. Me acuerdo un poco de cuando estaba en la barriga de mamá y ella nos hablaba y nos decía cosas bonitas, otras veces nos acariciaba y casi me hacía cosquillitas. Papá también nos hablaba a veces. Yo entonces ya era feliz. Ahora que todos me abrazan, me dan besitos y me dicen cosas así como: ¡Ay qué guapo eres!, no sé muy bien qué significa, pero me gusta.
Ahora me duermo que tengo mucho sueño.
Nico.

Yo soy Teo y creo que nací unos minutos después que mi hermano. No sé si por eso soy más pequeño, yo creo que somos iguales. Mi hermano pasa mucho tiempo durmiendo, yo también duermo pero menos; me gusta mirar un rato a todas partes, ver qué hace mamá que ya la conocía antes porque ella nos hablaba y por eso conocía su voz. También la de papá. A mí me gusta más el biberón porque puedo comer más rápido y así termino antes. Siempre me dicen: venga Teo el rutet. Yo a veces lo hago bien, pero otras saco un poco de leche y me parece que eso no le gusta a mamá. Voy a intentar no sacar leche y dejarla toda en mi barriguita.
El otro día vi cómo mi hermano mayor sacaba leche por la boca y pensé que eso será un poco normal, porque él es más grande y lo hizo también.
Con lo pequeños que somos ya hemos ido al bautizo de mi primo Daniel que yo lo había visto una vez y está muy grande. Bueno, eso de ser pequeñitos creo que es una cosa muy chula. Todos te quieren, te dan besos y te dicen cosas bonitas.
Bueno me voy a dormir que mi hermano ya lleva un rato durmiendo.
Teo

Yo soy Daniel: después de algunos sustos que ya os dije cuando íbamos a un sitio que había una señora con una bata blanca, ahora mis papás han organizado una fiesta y me ha gustado mucho. Vinieron todos los yayos y los titos, además mis primos que son más grandes. Todos menos dos que son unos pequeñajos, pero todavía más pequeños que yo y eso que yo soy pequeño, pero al verlos pensé que yo era grande. 
Me pusieron un traje nuevo y papá y mamá decían: ¡Ay que guapo está Daniel!, entonces nos fuimos en el coche y llegamos a un lugar donde un señor con un vestido largo nos esperaba. Nos dijo un montón de cosas, no sé a quien se las decía, yo por lo menos no me enteré de nada. Ya llegaron todos los titos y los primos que faltaban. Cuando llegaron todos entramos dentro de un sitio grande y menos mal porque en la calle hacía frío. El señor del vestido seguía hablando y hablando, todos escuchando, hasta mis primos, hasta que Lucas se cayo un porrazo y lloró un poco. Luego todo el mundo callado mientras el señor decía cosas y yo no me enteraba de nada. Por fin fuimos todos a un rinconcito y cuando yo estaba distraído mirando a mamá va el señor del vestido y me echa una jarra de agua por la cabeza sin que yo dijera nada. La verdad me enfadé y me puse a llorar. Parece que quería luego hacerse amigo mío y me tocaba la frente, la cara, pero yo seguía enfadado por eso de echarme agua por encima y ponerme chorreando.
Al final ya fuimos a casita pero el señor del vestido no vino con nosotros. Entonces todos nos pusimos a comer cosas muy ricas. Bueno se las comieron ellos, porque a mí me dieron sólo la lechita de siempre, menos mal que gusta.
Ya no tengo más cosas que contaros.
Daniel.


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